Tras numerosas investigaciones se concluyó que tanto hombres como mujeres sufren de una sensación de vacío, depresión, angustia y/o mal humor después de tener relaciones sexuales. Sorprendentemente este malestar no tiene que ver con qué tan satisfactorio fue el encuentro sexual ni qué tantos orgasmos tuviste, sino con la influencia de diversos procesos biológicos que ocurren después del coito, además de todo el repertorio empírico que poseas. Tampoco depende de qué tan casual o consolidada haya sido tu sesión de sexo, la disforia postcoital –nombre que recibe este fenómeno– es una de las problemáticas sexuales más comunes.
Además de algunas estructuras como la amígdala, la cual influye en la manera en la que el ser humano se siente después del coito o el orgasmo, todas las creencias que tienes sobre el sexo o incluso sobre el amor propician esta sensación de vacío después de tener relaciones. Hablar de ello con tu pareja puede ser complicado o incluso motivo de ruptura, pero cuando amas y te aman de verdad la comunicación es la única y mejor solución. Por ello, sólo las relaciones realmente fuertes pueden negociar algunas prácticas o aceptar ciertas condiciones durante el sexo.
Si lo amas y él a ti no tendrán ningún problema cuando alguno decida...
10. Interrumpir el acto cuando alguno está a punto de llegar al clímax.
Él está a un gemido de eyacular, pero tú deseas terminar en ese mismo instante el acto sexual; lo interrumpes, te detienes y le pidas que se salga en ese momento. Créelo... no hay nada más frustrante y molesto para él que no poder terminar sólo porque, de un momento a otro, tú decidiste detener el acto en seco. Sin embargo, se aman de verdad, tu petición no trascenderá y su relación tampoco se debilitará después de lo sucedido.
9. Soportar que el otro se ría incontrolablemente durante el acto.
8. No juzgar cuando él no logra tener una erección, por la razón que sea.
Emborracharse hasta arrastrar las palabras es una de las razones por las que muchos hombres no logran despertar a su "amigo". Además de provocarles vergüenza, también puede llegar a causarles un gran problema con la persona que se encuentran en ese momento. Si se trata de una verdadera relación en la que ambos se apoyan, los dos entenderán que no tiene que ver con la atracción entre ustedes, sino con una condición fisiológica que en ese momento le impide a él bombear la suficiente sangre al pene para que éste se erecte.
7. Tener relaciones sin protección para practicar el coitus interruptus.
6. No utilizar lubricante durante el sexo anal.
Es opción de cada quien practicar o no el sexo anal; las parejas que han experimentado y que descubrieron que lo disfrutan también saben que es difícil lograrlo sin lubricante. Sin embargo, los más arriesgados se atreven a intentarlo así, pues saben que al primer indicio de dolor la otra persona jamás continuaría el acto para hacerles daño.
5. Tener relaciones aunque ninguno o alguno de los dos no se haya bañando en todo el día.
4. Grabar el acto sexual.
No hay razón alguna para arriesgarte a grabar el acto sexual con un desconocido que no sabes si, en algún momento de locura, decidirá publicar el video o hasta amenazarte con él. En cambio, cuando una pareja sabe lo mucho que vale su amor y lo irremplazable que es éste, grabar la escena para agregarle emoción a su relación puede no ser una mala idea.
3. Tener relaciones aunque ella esté menstruando.
2. Aceptar que uno de los dos rasure el área íntima del otro.
1. Dejar que ella use un vibrador o cualquier otro recurso para llegar al orgasmo.
Utilizar otros recursos para llegar al orgasmo puede ofender el desempeño de quien asegura ser un semental. Cuando tu pareja entiende que a veces es necesario emplear un vibrador para volverte loca de placer, definitivamente te quiere de manera incondicional.
Si quieres saber más sobre todas las prácticas que podrían devolverle la emoción y el placer a tu relación, lee qué cosas debes saber antes de ir a un motel con tu pareja por primera vez y si en realidad quieres arriesgarlo todo, conoce el perverso y peligroso fetichismo de excitarte con la sangre.